Hay pocas verdades absolutas en la vida pero me atrevería a decir que una de ellas es que a nadie le gusta tener una inspección de hacienda. Aunque sepas que lo has hecho todo correcto y no tengas ningún motivo para preocuparte es coger la cartita de la Agencia Tributaria y verlo todo negro… Nos pasa a todos, yo creo. A algunos con más intensidad que a otros, pero nadie se libra.
En este artículo te vamos a explicar cuáles son los motivos principales por los que Hacienda inspecciona y cómo actuar si eres el afortunado. Seguro que te resulta útil.
¿Por qué inspecciona Hacienda?
Las inspecciones de Hacienda tienen como objetivo comprobar que los contribuyentes cumplen la normativa vigente.
Ten en cuenta que todo lo relativo a los impuestos se regula mediante ley y, como cualquier otra, todos los ciudadanos deben cumplirla por igual. Así que eso es lo que se pretende conseguir con las actuaciones inspectoras: que todo el mundo pague los impuestos que le corresponda pagar y que cumpla con las obligaciones formales que exige la ley.
Por eso, en muchos casos el procedimiento consiste en determinar si se han liquidado correctamente los tributos, por lo que se comprueba que las cantidades ingresadas o las devoluciones solicitadas son las obligatorias.
En estos escenarios, cuando se ha perjudicado económicamente a la Administración, se procede a regularizar la situación y se exige el pago de las cantidades ingresadas de menos o de las percibidas de más. Y ello tanto si se ha actuado intencionadamente como si se ha cometido un error totalmente involuntario: hay que pagar hasta el último céntimo que corresponda.
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¡Regístrate ahora!Por otro lado, no siempre las inspecciones van encaminadas a comprobar los importes de las declaraciones tributarias sino que también pueden ir dirigidas a determinar si se están cumpliendo con otros preceptos de la norma que no se refieren a la liquidación de la deuda sino a otras cuestiones de índole formal.
Por ejemplo, que no se hayan presentado fuera de plazo, que los libros registro contengan las menciones que establece la ley o que los datos consignados en las declaraciones meramente informativas sean los correctos (por ejemplo, el modelo 347 de operaciones con terceros).
Pero debes tener clara una cosa: tanto si el objetivo de la inspección es recaudatorio como si no, si finalmente resulta que has cometido alguna irregularidad (económica o de cualquier otro tipo) deberás hacer frente al expediente sancionador que tendrá lugar, lo que significa que es muy probable que te toque pagar una multa.
Y solo en casos muy específicos se puede hacer valer el hecho de que se ha cometido un simple error involuntario y que no ha habido ánimo alguno de cometer una infracción tributaria con el fin de que se resuelva el expediente sancionador sin imposición de multa alguna.
Motivos más frecuentes de una inspección de Hacienda
Hacienda cuenta con mucha información de los contribuyentes: bancos, notarías, organismos de la seguridad social, empresas, instituciones de inversión colectiva, fundaciones que reciben donaciones u otras administraciones, por citar algunos ejemplos, le suministran gran cantidad de información de carácter económico.
En muchos casos, estos datos se cruzan de manera automática con los consignados en las declaraciones presentadas de forma que cualquier discordancia salta a la vista y pone de manifiesto un posible error. Este es el motivo por el que se inician muchas inspecciones.
En otros casos, no existen evidencias de incumplimiento de la ley pero las actuaciones inspectoras tienen lugar en aplicación de planes de actuación determinados. Por ejemplo, es posible que un año se establezca como prioritario comprobar que las deducciones por instalación de placas solares que se han aplicado cumplen los requisitos, o que las peluquerías están declarando correctamente todos sus ingresos.
Te pueden denunciar, ojo, pero eso no implica que comience el procedimiento inspector de forma automática sino que será la propia Agencia Tributaria, a la luz de la información y pruebas aportadas, la que decidirá si se inicia el expediente o no.
Y también hay que tener en cuenta la posibilidad de recibir una visita producida de forma totalmente aleatoria.
En cualquier caso, entre los hechos o situaciones que, con mayor frecuencia, dan lugar a una comprobación de la declaración de la renta podemos destacar:
- La obtención de ganancias o pérdidas patrimoniales que se originan por la venta de inmuebles, acciones, etc.
- Las deducciones por la adquisición de vivienda habitual, sobre todo cuando parte del préstamo hipotecario se ha destinado a otros fines y solo es deducible en un porcentaje concreto.
- Los ingresos y gastos provenientes del arrendamiento de viviendas.
- Las exenciones por reinversión en vivienda habitual.
En el caso de autónomos y sociedades suele haber inspecciones cuando:
- Se solicita la devolución del IVA en una cuantía considerable.
- No concuerdan las declaraciones trimestrales con lo declarado en los resúmenes anuales.
- Se han recibido subvenciones y hay que verificar que se han declarado correctamente.
- Se solicita el NIF intracomunitario, ya que antes de su concesión se suelen comprobar ciertos extremos relativos al negocio.
- Hay discordancia entre las declaraciones presentadas y los datos suministrados por terceros.
- Consta un importe excesivo de gastos o incoherencia entre los beneficios declarados y el dinero y patrimonio con el que cuenta el contribuyente.
- Se está acogido al Régimen de Estimación Objetiva (módulos), cuya correcta aplicación se comprueba con cierta frecuencia.
- Se crea una nueva sociedad con el mismo negocio que otra que se ha dejado inactiva y que cuenta con deudas con la Administración.
- Se declaran gastos y/o deducciones de IVA relativos a vehículos, restaurantes, viajes, teléfonos móviles, gastos suntuosos o de cualquier tipo cuya desgravación esté limitada o se haga de forma indebida con cierta habitualidad.
- Se solicita la presentación de libros registro para comprobar su exactitud y concordancia con las declaraciones presentadas y con las facturas que reflejan.
Cómo actuar ante una inspección de Hacienda
Para contribuir, en la medida de lo posible, a que la inspección termine de la forma más satisfactoria conviene que sigas una serie de pautas:
Cumple los plazos escrupulosamente
Para cualquier actuación que debas realizar se te comunicará la necesidad de llevarla a cabo dentro de un período de tiempo determinado. Es muy importante que lo respetes, básicamente por dos motivos:
Por una parte, porque denota buena voluntad e interés en agilizar el procedimiento, lo cual siempre puede venir bien.
Y por otra porque no cumplirlos puede ser constitutivo de infracción tributaria y conllevar la imposición de una sanción por obstrucción a la actuación inspectora.
Y, ojo, que el pago de esta sanción no produce la terminación del procedimiento sino que tendrás que pagarla y además seguirán las actuaciones. Y tampoco tiene por qué ser única: si se producen más obstrucciones se impondrán más sanciones. O sea, que retrasarte no te librará de cumplir con lo que te piden.
Presenta todo lo que se te solicite
Y hazlo de forma ordenada y facilitando su manejo. Aquí aplica lo dicho en el punto anterior: no solo es necesario por demostrar tu diligencia y buen hacer sino también porque es tu obligación legal atender los requerimientos en tiempo y forma. No hacerlo podría terminar con la imposición de una sanción y sin que su pago te exima de cumplir con tu obligación.
Contar con la ayuda de un profesional
Si no entiendes mucho de impuestos lo ideal es que, en caso de inspección, cuentes con los conocimientos y la experiencia de un asesor fiscal.
Ten en cuenta que la Administración, en sus comunicaciones, te va a hablar del artículo número “x” de la ley tal o del número “y” del reglamento cual, y va a usar una terminología bastante incomprensible para quien no esté acostumbrado a ella.
Por eso, apoyarte en los servicios de un profesional te va a ser de gran ayuda, tanto para cumplir con todas las fases del procedimiento con muchas más probabilidades de éxito como a la hora de justificar actuaciones y aportar pruebas que te beneficien.
Al margen de lo anterior, en circunstancias normales, es poco probable pero posible que la inspección se persone en tu vivienda o en la sede de tu empresa. En este sentido debes tener en cuenta lo siguiente:
- Para que un inspector de hacienda pueda acceder a tu domicilio particular para realizar las actuaciones que correspondan es necesario que prestes tu consentimiento o, en caso de no hacerlo, que tenga una autorización judicial que lo autorice.
- Sí que puede acceder a la parte de tu negocio que está abierta al público, pero para hacerlo en aquellas zonas donde se realizan las actuaciones directivas o de custodia de documentación necesita lo mismo que en el caso de la vivienda particular: o consentimiento expreso o bien una autorización judicial.
- Las autorizaciones judiciales se conceden cuando hay indicios más que suficientes de la comisión de infracciones de cierta gravedad y este tipo de actuación tan invasiva resulta justificada.
Cuánto dura una inspección de Hacienda
Lo mismo que a los contribuyentes tenemos una serie de plazos para llevar a cabo nuestras obligaciones y el hecho de no cumplirlos acarrea consecuencias negativas, para la Administración la ley también fija plazos máximos en los que terminar los procedimientos.
En este sentido, hay que tener claro lo siguiente: si bien a toda actuación de Hacienda tendente a comprobar la correcta liquidación de los tributos o el cumplimiento de otras obligaciones no referimos como “inspección de Hacienda”, la realidad es que no todas se llevan a cabo por el Cuerpo de Inspección Tributaria, sino que hay muchos procedimientos que se realizan por los órganos de Gestión.
Hay varias diferencias entre uno y otro procedimiento pero, a los efectos que nos ocupan, merece la pena destacar dos:
1.- Las actuaciones realizadas por el departamento de Gestión tienen un alcance parcial, muy concreto y determinado, mientras que las de los órganos de Inspección son de carácter general.
Podríamos decir que el primero se encarga de cuestiones más “sencillas” y el segundo de las más “complejas”.
2.- El plazo con el que cuentan para terminar el procedimiento es diferente:
- Los procedimientos de gestión tributaria deben finalizarse, en la mayoría de los casos, en un plazo de 6 meses.
- Los llevados a cabo por los órganos de inspección tienen un plazo máximo de 18 meses como regla general, y de 24 cuando se trate de empresas cuyo volumen de negocio sea superior a determinado importe o estén obligada a presentar cuentas consolidadas.
¿A quién vas a llamar? A TaxDown
En fin, como has podido ver una inspección de Hacienda no es ninguna tontería y nunca se sabe cómo pueden terminar… Lo mejor es que liquides tus impuestos correctamente porque no solo cada vez es más complicado defraudar al fisco sino que si al final te descubren tendrás que hacer frente a sanciones, recargos e intereses.
¿Y cómo puedes asegurarte de que estás haciendo las cosas correctamente? Obvio: contando con los servicios de Taxdown. Nosotros no te garantizamos que no vayan a mirar tus números pero sí que estos van a estar conforme a la ley en todo momento. Y eso, estarás de acuerdo conmigo en que no tiene precio.