La declaración de la renta si tienes una vivienda en alquiler

¿Tienes un piso en alquiler? Entonces, este tema te interesa y mucho. Cuando llega el momento de hacer la declaración de la renta, es fundamental que no te olvides de incluir los ingresos que has obtenido por el alquiler. Pero no te preocupes, que no es tan complicado como parece. Aquí te explicamos cómo hacerlo paso a paso y de manera sencilla. ¡Vamos allá!

¿Cómo declarar que está alquilando una vivienda en la declaración de la renta?

Lo primero es entender que alquilar tu piso implica declarar esos ingresos a Hacienda. Pero tranquilo, que también hay buenas noticias: puedes deducir varios gastos que te ayudarán a pagar menos impuestos.

El proceso de declarar tu vivienda alquilada en la declaración de la renta implica varios pasos clave que debes seguir cuidadosamente para asegurarte de que estás cumpliendo con la ley y, al mismo tiempo, no estás pagando más de lo necesario. Te explicamos los pasos que te recomendamos seguir:

Identifica la propiedad alquilada

Debes comenzar por identificar claramente la propiedad que estás alquilando en tu declaración. Esto incluye proporcionar detalles como la dirección y el uso que se le está dando (en este caso, alquiler).

Declara los ingresos obtenidos

El siguiente paso es declarar todos los ingresos que has obtenido por el alquiler de la propiedad. Esto no solo incluye el pago mensual del alquiler, sino también cualquier otro ingreso asociado, como podrían ser pagos por servicios adicionales.

Pero no te preocupes, en TaxDown contamos con asesores fiscales que declararán estos ingresos por ti correctamente. Calcula tu resultado con nosotros y deja que nuestros expertos te ayuden con tu declaración de la renta. ¡Pincha aquí para comenzar!

Deduce los gastos permitidos

Aquí es donde puedes empezar a reducir la cantidad sobre la que pagarás impuestos. La ley te permite deducir varios gastos asociados al alquiler de la propiedad:

• Gastos de mantenimiento y reparación.
• Intereses de préstamos hipotecarios relacionados con la propiedad alquilada.
• Impuestos y tasas municipales como el IBI, siempre que no hayan sido repercutidos al inquilino.
• Gastos de gestión inmobiliaria, si los hubiera.

Aplica las reducciones aplicables

Una vez deducidos los gastos, puedes aplicar una reducción del 60% sobre el rendimiento neto del alquiler, siempre que la vivienda se haya alquilado como residencia habitual.

En TaxDown somos expertos en conocer todas las deducciones fiscales que puedes aplicarte. Contamos con un algoritmo que detecta de forma automática estos beneficios según tu situación personal, algo que no se tiene en cuenta en el borrador de Hacienda. ¡Pincha aquí para calcular tu resultado con nosotros!

¿Qué debes hacer?

Primero debemos de verificar que tipo de alquiler es el que vamos a presentar. Si es un alquiler temporal, para trabajo, para estudiantes o vacacional.

Si cuentas con un alquiler temporal, como por ejemplo un alquiler de tu casa en la playa, los ingresos que obtengas se consideran como rendimiento del capital inmobiliario, es decir, ganancias que obtienes de tu propiedad.

Ahora bien, existe una regla que permite reducir estos ingresos en un 60% cuando declaras el alquiler en tu renta, pero esto aplica solo cuando la vivienda alquilada se usa como residencia habitual, o sea, cuando alguien la utiliza como su hogar principal y de manera continua.

En el caso del alquiler temporal, como el de tu casa de playa, esta reducción del 60% no se puede aplicar. La razón es que este tipo de alquiler no se considera como una vivienda habitual para quien la alquila. No está cubriendo una necesidad de vivienda permanente, sino más bien una estancia temporal, como unas vacaciones. Por lo tanto, aunque debes declarar los ingresos, no podrás beneficiarte de esa reducción del 60% que sí aplicaría en el caso de alquileres de larga duración destinados a ser la residencia principal del inquilino.

Y de igual manera, para este trámite, debes de declarar dos períodos diferenciados de forma clara en el mismo año:

• El período en el que está alquilada la vivienda: Cuando tienes una vivienda que alquilas solo por ciertos períodos y no durante todo el año, necesitas tener en cuenta cómo declarar los gastos asociados a esa propiedad. No todos los gastos de la vivienda se pueden deducir de manera íntegra, sino que deben ajustarse al tiempo que la vivienda ha estado realmente alquilada.

  Por ejemplo, si alquilas tu casa durante tres meses al año, solo puedes deducir como gastos en tu declaración de la renta aquella parte que corresponde a esos tres meses. No se trata de los gastos totales del año, sino de una fracción de ellos.

  Esto significa que si tienes gastos como el mantenimiento, la comunidad, o los seguros, solo podrás aplicar como deducibles la parte proporcional a los días en que la vivienda estuvo ocupada por inquilinos. Si tu seguro de hogar cuesta 1200€ al año y la casa ha estado alquilada durante 90 días (un cuarto del año), solo podrías deducir 300€ (un cuarto de 1200€) como gasto en tu declaración de la renta.

  En resumen, cuando hagas tu declaración, deberás calcular los gastos de la vivienda en proporción al tiempo que estuvo alquilada, no sobre el total anual, para reflejar de manera justa y precisa los gastos deducibles asociados al período de alquiler.

• El intervalo de tiempo en que la vivienda está libre: Cuando tienes una vivienda que no es tu residencia habitual y hay periodos en los que no está alquilada ni la utilizas tú (es decir, está vacía), Hacienda considera que esa vivienda podría estar generando ingresos potenciales. Aunque no estés recibiendo dinero real por ella (porque no está alquilada), el hecho de tener una propiedad disponible se ve como una oportunidad de ganancia que no estás aprovechando.

  Por lo tanto, durante el tiempo que la vivienda está libre, Hacienda te asigna una "renta imputada". Esto significa que se te considera como si estuvieras obteniendo unos ingresos ficticios por esa propiedad, y sobre esos ingresos ficticios debes pagar impuestos. La cantidad exacta que se considera como renta imputada depende de varios factores, como el valor de la propiedad.

  Vamos, que aunque no obtengas ingresos reales de la vivienda cuando está desocupada, para Hacienda, el simple hecho de tener la propiedad disponible implica un beneficio económico potencial que se traduce en lo que hemos explicado, una renta imputada, sobre la cual se deben pagar impuestos en tu declaración de la renta.

Sabemos que todo esto puede sonarte a chino, y por eso, te decimos que contamos con un equipo de más de 150 asesores fiscales expertos en tributación fiscal. Podrán ayudarte a incluir todos estos gastos y verificar qué deducciones y beneficios fiscales puedes aplicarte. ¡Déjalo en manos de nuestros expertos y comienza ya! Calcular tu resultado con nosotros aquí.

Cuando estés completando tu declaración de la renta y llegues a la sección de bienes inmuebles, es importante que proporciones la referencia catastral de cada propiedad que posees. Si tienes una vivienda que ha estado alquilada, debes usar la clave número 3, que corresponde a "A disposición de sus titulares y arrendado". Esto indica que la propiedad no solo te pertenece, sino que también ha sido alquilada durante parte del año.

En el apartado específico para los inmuebles arrendados, debes seleccionar la opción "Otros rendimientos distintos de los anteriores". Esto se debe a que estás declarando un alquiler que no corresponde a una vivienda habitual, sino más bien a un alquiler temporal o de otro tipo.

La cantidad que debes declarar dependerá del tiempo que la vivienda ha estado alquilada. No declararás ingresos por el año completo, sino solo por el período en que estuvo arrendada. Además, podrás deducir los gastos asociados a la obtención de esos ingresos, pero solo en la proporción correspondiente al tiempo de alquiler. Esto incluye gastos como el seguro, los suministros (luz, agua, gas), el IBI, la amortización del inmueble, entre otros.

Si el inmueble pertenece a más de una persona, cada copropietario deberá declarar la parte de los ingresos y gastos que le corresponde según su porcentaje de propiedad. Esto se hace de forma individual, a menos que los copropietarios decidan hacer una declaración de la renta conjunta.

En resumen, al declarar un inmueble alquilado en tu declaración de la renta, es crucial especificar correctamente la información y ajustar los ingresos y gastos según el tiempo que la propiedad ha estado arrendada. Esto asegura que estás pagando los impuestos correctos y evitas problemas con la administración tributaria.

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¿Conviene arriesgarse a no declarar que estamos alquilando una casa?

No declarar tus ingresos por alquiler puede parecer tentador para algunos, especialmente si se trata de cantidades percibidas en efectivo. Sin embargo, esto es una infracción fiscal que puede acarrear sanciones severas.

Hacienda tiene mecanismos para detectar este tipo de irregularidades, por lo que el riesgo de ser descubierto es alto y las consecuencias pueden ser mucho más costosas que los impuestos que se intentan evitar. Podrías tener que pagar una sanción de entre el 50 y el 150%, por lo que no merece la pena exponerse al riesgo.

Las reducciones fiscales para los propietarios que declaran sus alquileres pueden ser tan atractivas como encontrar dinero en un bolsillo olvidado, llegando hasta el 60% e incluso el 100% en ciertos casos. A pesar de ello, un sorprendente 28% de los alquileres en España juegan al escondite con Hacienda y no se declaran.

Desde un punto de vista práctico y legal, omitir la declaración de ingresos por alquiler no es recomendable. Esta omisión no solo pone en riesgo al propietario de enfrentar sanciones fiscales, sino que también limita sus derechos, especialmente en situaciones de conflictos, como podría ser el impago del alquiler o daños a la propiedad causados por el inquilino.

Una forma común en que Hacienda puede detectar un alquiler no declarado es a través de los inquilinos, quienes pueden solicitar al propietario la documentación necesaria para incluir en su propia declaración de renta. Por ello, si eres propietario, es prudente y beneficioso declarar el alquiler. Hacerlo no solo te permite acceder a reducciones fiscales significativas, sino que también te protege legalmente y evita complicaciones futuras.

En resumen, declarar tus ingresos por alquiler no debería ser más complicado que montar un mueble de IKEA con instrucciones claras. Es una responsabilidad que, bien manejada, ofrece beneficios tanto para el bolsillo como para la paz mental. El alquiler, lejos de ser un bicho raro, es una oportunidad tanto para propietarios como para inquilinos, ya sean empresarios, trabajadores o estudiantes.

Solo recuerda, al igual que no se debe mezclar rayas con cuadros, no se debe mezclar la propiedad con la evasión fiscal. Y en TaxDown te ayudamos a declararlo correctamente para que no tengas que preocuparte por nada. Nuestro asesores revisarán tu declaración al detalle y se asegurarán de que todo esté correcto. ¡Comprueba tu resultado aquí!